Introducción: un refresco que cambió el mundo
Hablar de Coca-Cola es hablar de uno de los productos más reconocidos del planeta. Su logotipo rojo y blanco, su botella de vidrio icónica y su sabor inconfundible han trascendido generaciones, fronteras y culturas.
Sin embargo, pocos conocen a fondo la fascinante historia de sus orígenes, marcada por casualidades, transformaciones y una visión empresarial única que convirtió a una bebida local en el refresco más famoso de todos los tiempos.
En esta primera parte exploraremos los años iniciales, desde la invención de la fórmula por un farmacéutico en Atlanta hasta su consolidación como negocio en crecimiento.
Los orígenes en Atlanta
John Stith Pemberton: el creador de la fórmula
El 8 de mayo de 1886, el farmacéutico John Stith Pemberton preparó por primera vez el jarabe que daría origen a Coca-Cola en su laboratorio de Atlanta, Georgia.
Pemberton, veterano de la Guerra Civil estadounidense, buscaba crear un producto que ayudara a aliviar dolores de cabeza, fatiga y malestares nerviosos. En aquel tiempo, los farmacéuticos eran inventores de tónicos y brebajes, y muchos de ellos contenían mezclas exóticas de hierbas y estimulantes.
La fórmula original de Coca-Cola estaba compuesta por:
- Extracto de hojas de coca (de ahí parte de su nombre).
- Nueces de kola, una semilla rica en cafeína originaria de África.
- Azúcar y otros aromatizantes naturales.
La idea era ofrecer un elixir medicinal, vendido en farmacias, que combinara el efecto estimulante de la cafeína con las supuestas propiedades terapéuticas de la coca.
El nombre y el logotipo
El nombre Coca-Cola fue sugerido por Frank M. Robinson, socio y contador de Pemberton. Robinson no solo ideó el nombre, sino que también diseñó el famoso logotipo en letra Spencerian, una tipografía de escritura elegante muy usada en la época.
Curiosamente, ese diseño ha sobrevivido hasta hoy con muy pocos cambios, lo que lo convierte en uno de los logotipos más duraderos de la historia.
